Memoria Epistolar | Espacio Transitorio
Michel Blancsubé.

Ciudad de México, marzo de 2019

Sobreexplotado

Luis A. Orozco

Ciudad de México, Marzo 2014

Adela Goldbard y Javier Aréan

Estos dos artistas comparten un interés muy particular por la representación y la provocación de explosiones como parte de su obra, si bien es cierto que no es un elemento exclusivo, ya que en ambos casos se desarrollan proyectos alternos, han encontrado en este modelo una oportunidad para el diálogo que se presenta hoy en Diagrama.

Esta coincidencia, detona –nunca mejor dicho- una lluvia de ideas en cuanto a la posibilidad de colaboración entre dos artistas que no tienen en común un lenguaje visual y que tampoco pertenecen a una misma generación, lo que  mi opinión, ofrece una oportunidad interesante, que reconozco en su etapa experimental, como una plataforma de reflexión sobre los modelos actuales de representación y el poder que la realidad ejerce sobre nosotros, sujetos/artistas así como la forma en la que un evento tan puntual (un accidente, un atentado) marca nuestro cotidiano, como ha marcado al mundo desde el año terrible en que las más celebres bombas irrumpieron en la historia.

Adela y Javier, a través de distintos medios (cine, fotografía, pintura) exploran las posibilidades que el ejercicio de un placer culpable –como quien recorre con los ojos un animal muerto- nos ofrece para que, en el entendido del simulacro o la falsedad más atractiva, propia de la pintura, nos entreguemos a la contemplación de un momento incómodo y turbio que anuncia  confusión y destrucción,  elementos
–si cabe decirlo- esenciales en la construcción de los lenguajes artísticos más actuales.